La conversión de Rahab es muy ilustre y demuestra la compasión salvadora de Dios.
- Su existencia fue triste y desconsolante. Según la costumbre de aquellos tiempos, Rahab operaba un prostíbulo dentro de un mesón. Es posible que ella fue una prostituta religiosa, dedicada al servicio de una diosa pagana; Jericó era un centro de culto a Astarot, diosa pagana de amor y guerra.
- Escuchó de los triunfos de Israel, y admiraba a su Dios. El testimonio del pueblo de Dios era muy importante para ella.
- Rahab profesó a los espías que “Jehová su Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra”. En esta confesión, ella abandonó a los dioses paganos y puso su confianza en el Dios de Israel.
- Aunque ella fue la única creyente en Jericó, su fe y convicción eran firmes.
- Rahab arriesgó su vida al proteger a los espías. Ella no conocía la prohibición contra mentir, así que su mentira demostró la profundidad de su cambio espiritual—ella se puso al lado del pueblo de Dios.
- Se preocupó por la situación de los otros en su familia, y pidió su salvación también.
- Cambió su corazón y vida por completo—en lugar de vivir del pecado, se limpió y se casó con un hombre de Israel (Mt 1:5). Por medio de Salmón y Rahab vino el Mesías.
- Rahab es una muestra de lo que Dios, por gracia, puede hacer en la vida de cualquier persona. Aunque uno esté sumido en una vida de pecado, atravez de Cristo, Dios puede cambiar, salvar y restaurarle para una vida llena de valor y bendición.