Presentar a Jesús siempre provoca una reacción.
Dios dio a su Hijo por nosotros (Jn 3:16), y cada persona tiene que decidir qué hará delante de Él.
Hay tres reacciones evidentes en Mateo 2:
El rey Herodes—temor y hostilidad (2:3, 7-8, 16)
Fue criminal en su rechazo, matando a niños inocentes.
Era cautivo de sus propias intrigas, creyendo mentiras acerca de Jesús.
En realidad, poner su fe en Jesús pudo haber sido su salvación.
Hay muchos hoy que creen mentiras acerca de Jesús, y son hostiles.
Los religiosos de Jerusalén—conocimiento con indiferencia
Conocían las escrituras y las profecías acerca del Mesías.
No tuvieron el interés en averiguar personalmente lo dicho por los magos; su orgullo religioso no les permitía considerar que Dios hablara por los magos.
Quedaron en Jerusalén, no conocieron al Mesías que supuestamente esperaban.
Los magos—reverencia y adoración (2:6-11)
Creían las señales y las Escrituras que Dios les dio.
Obedecieron a la Palabra de Dios.
Humildemente se postraron delante de Jesús.
Dios les escuchó y les libró de los peligros.
Conclusión:
¿Cuál de los tres serás tú ante Jesús?