Contenido

Introducción (C): Contenido

Mateo se apresura en las palabras iniciales a meterse en los temas de su Evangelio. Introduce el “génesis” de Jesús el Mesías, para inmediatamente nombrar a David y Abraham, los padres más sobresalientes del Antiguo Testamento.  Al mencionar primero a David, enfatiza la realeza y el reino del Mesías (2 S 7:12-14ª, 16; Sal 110:1; 132:11-12; Is 11:1-5; Jer 23:5-6).  Cuando nombra a Abraham, viene a mente la promesa de que en su semilla (hijo) “serán benditas todas las familias de la tierra” (Gn 12:1-3; 22:15-18). Como explicó Pablo, “a los judíos primero y también a los gentiles” (Ro 1:16 NTV).

No contento con esos enormes temas, en seguida Mateo incluye mujeres de carácter cuestionable y extranjeros en la lista de la familia judía del Mesías. Envuelve al lector en la historia de una joven embarazada antes de unirse con su esposo, y afirma que su hijo “salvará a su pueblo de sus pecados” porque en Él Dios está con nosotros.

¡Qué primer capítulo!  ¡Qué planes más emocionantes!

Estos asuntos, y otros también, se apoderarán de la mente del lector, y del predicador, en el resto del Evangelio según Mateo.

Mateo refería muchas veces a las Escrituras hebreas (nuestro Antiguo Testamento).  Conocía los escritos judíos en hebreo y griego, y quiso demostrar que Jesús cumplió las profecías acerca del Mesías prometido. Citaba textos del Antiguo Testamento más de 160 veces, palabra por palabra. Al mismo tiempo, aludía a textos del Antiguo Testamento más de 35 veces (ver el Apéndice al final de este comentario). Marcos y Lucas citaban a las Escrituras judías pocas veces en comparación con Mateo.

Este Evangelio fue cuidadosamente seleccionado por las iglesias apostólicas para ocupar el primer lugar entre los relatos de la vida del Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento, porque estimaron que es el mejor “puente” entre el Antiguo Testamento y el Nuevo.

EL REINO DE LOS CIELOS

Sobresale en el Evangelio según Mateo el concepto elevado del “reino de los cielos”. Juan el Bautista lo anunciaba, y desde el principio de su ministerio hasta el final, Jesús hablaba constantemente sobre diversos aspectos de este reino. “De los cielos” es una manera judía de decir que el reinado es de Dios, desde los cielos.

¡Invade el mundo un poder mucho más grande que los hombres! Y es un poder mucho mayor que el poder de Satanás y sus demonios.

Era un término (a) más entendible para judíos que para gentiles; (b) acomodaba la reticencia judía contra pronunciar el nombre de Dios; (c) enfatizaba la superioridad del reino celestial sobre los reinos terrestres; (d) invitaba el interés de los judíos nacionalistas y celotes que esperaban un reino para los judíos.

Durante tres años entre personas de todos los rangos sociales, Jesús predicó y manifestó el reino de los cielos.  Resumiendo sus aspectos en breves palabras, es un reino que (1) entra con la persona, las palabras y las acciones de Jesús el Mesías; es (2) ético, con los conceptos más elevados en la historia del mundo; es (3) espiritual e invisible, como es la presencia actual de Jesús entre sus seguidores; es (4) eclesial y refuerza la realidad de una sociedad de hermandad caritativa; es (5) escatológico cuando apunta hacia el fin de la vida terrenal; y es (6) esforzado y eterno, porque no hay régimen que pueda oponerlo o vencerlo. 

En cinco poderosos y penetrantes discursos, que aparecen sólo en el Evangelio según Mateo, Jesús detallaba profundas y conmovedoras propiedades del reino de los cielos.

Algunos procuran discernir diferencias entre “el reino de los cielos” en Mateo, y “el reino de Dios” en otros Evangelios. Pero al listar las referencias bíblicas y sus particularidades, ambas expresiones parecen referir a la misma realidad: Dios vino en Jesús para reinar sobre el mundo humano (Dn 2:34-35, 44-45).

En este Evangelio, los discípulos nunca llaman a Jesús usando descriptivos como rabí o maestro. Siempre se dirigen a Él como “Señor” (“kurios” en griego: uno que es supremo, tiene el poder y la autoridad para decidir; el emperador; también usado para Dios).

Debemos recordar que Jesús fue crucificado con un título sobre su cabeza que proclamaba, “Este es Jesús, el Rey de los Judíos” (Mt 27:37); sin embargo, ¡fue escrito en griego, latín y hebreo para que todo el mundo entendiese que Él es Rey! (Lc 23:38)

Hay más material acerca del reino de los cielos en este comentario sobre Mt 3, y sobre los cinco discursos.

LA INSPIRACIÓN BÍBLICA Y MATEO

El Evangelio según Mateo es el enlace entre Moisés, que exponía la fe nacionalista de los judíos, y Jesucristo, que anunció la fe internacional.

Los padres de la iglesia creían que Mateo recibió inspiración divina para explicar los aspectos paralelos de aquellos dos grandes protagonistas de la palabra de Dios, y a la vez manifestar el nuevo camino que Jesús abrió para toda clase de persona, sin importar su pasado.  A la vez, reconocían que Mateo fue preparado, por ser un hombre muy instruido en la ley antigua, en el idioma y las costumbres de su tiempo, y habiendo recibido la misericordia de redención, para escribir en manera comprensible cómo la fe de un pueblo fue completada y ampliada para funcionar en todo el mundo.

El Evangelio según Mateo confirma la doctrina de la inspiración bíblica. Esta doctrina enseña que Dios seleccionó a ciertas personas, cada una con su complejo de personalidad, experiencias, modo de expresarse y educación, y las llenó con su Espíritu Santo para que con palabras inspiradas escribiesen el mensaje que Dios quiso comunicar.

Es la “inspiración” (“theopneustos”) de la cual habló Pablo (2 Ti 3:16). En el griego clásico y pagano, “theopneustos” refiere a un espíritu divino que con su aliento produce las preciosas notas de la flauta, o el instrumento con que se golpea las cuerdas de una lira (como una guitarra) para producir un sonido agradable.  Aquí en las palabras de Pablo “theopneustos” significa el “aliento de Dios”, o sea, Dios entra en la persona como el aire entra a los pulmones. Así un autor inspirado “inhalaba” el Espíritu Santo, y luego “exhalaba” el mensaje de Dios.

Pedro lo explicó en palabras similares, y aún más gráficas: el profeta es “impulsado”, no por voluntad humana, sino por el Espíritu Santo (2 P 1:21). La palabra griega (“feroumenoi”) se traduce “ser movido, avanzar” y se aplica a las velas de un barco que son impulsadas por el viento, que en este caso refiere al impulso por el Espíritu Santo.  Indica que hay una fuerza en ese viento del Espíritu que el profeta no controla.

Esta inspiración (1) movió a los autores humanos a escribir el mensaje exacto que Dios quiso, y lo hicieron con precisión; (2) las palabras usadas son las palabras de Dios en el estilo de los autores.  Es por esto que estudiamos el mensaje general de un libro bíblico, y también estudiamos detenidamente cada palabra.

Como se ve ampliamente en este Evangelio, Mateo, el que antes era publicano, fue movido e impulsado para exponer un mensaje mucho más grande que él.  Dios estaba emparejando el autor-mensajero para transmitir el mensaje deseado.

Recordemos que el Señor Jesús manifestó a los apóstoles que “el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho” (Jn 14:26).  Los autores de los Evangelios tenían sus (1) recuerdos de Jesús, (2) las notas que tomaban durante sus discursos, y (3) lo que fue guardado en la memoria.  Pero además, aquellos escritores (4) gozaban de una actividad especial del Espíritu, empoderando sus mentes para escribir correctamente los dichos del Señor (Jn 14:25-26; 15:26; 16:12-15).

En este proceso, y bajo la inspiración del Espíritu Santo, Mateo era como el que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas (Mt 13:52). Algunos comentaristas creen que Mateo incluyó esta pequeña parábola de Cristo para sutilmente referir a sí mismo como aquel escriba. En el resto de este capítulo sobre el Contenido el lector verá lo maravilloso de este Evangelio, muestra de la inspiración divina operando por medio de Mateo, para que el mensaje divino fuese declarado.

JESUCRISTO Y MOISÉS

Siete veces se refiere por nombre a Moisés en el Evangelio según Mateo: 8:4; 17:3, 4; 19:7, 8; 22:24; 23:2. Hay varios otros lugares donde se nota alusiones a Moisés y la ley, sin nombrarlo.  Pero, dado que Jesús vino para establecer un nuevo pacto (Mt 26:27-28), es necesario fijarse en algunas de las comparaciones y contrastes entre Jesús y Moisés; hay otras, pero la lista se alargaría mucho.

(1) Un profeta como Moisés. Jehová, el Dios del pacto con Israel, prometió que Él levantaría un profeta como Moisés, que hablaría directamente al pueblo las palabras de Dios (Dt 18:15-19).  Durante los siglos, Israel esperaba aquel profeta.  En Mt 21:11 y 46, las muchedumbres en Jerusalén casi comprendieron que Jesús era en verdad aquel profeta. Pero no lo investigaron en serio, y se les fue la oportunidad para aclamarlo como el gran profeta que ansiaban. 

El Evangelio de Juan revela claramente la preocupación entre el pueblo por el profeta deseado. En Jn 1:19-21, sacerdotes y levitas preguntaron a Juan el Bautista si él era el profeta, y Juan les respondió que “No”. En Jn 5:46, Jesús mismo afirmó que Él era el profeta del cual escribió Moisés. En Jn 6:14, después de la multiplicación de panes que alimentaba a 5.000 personas, algunos hombres exclamaban que Jesús era “el profeta que había de venir al mundo”, e intentaron apoderarse de Él para hacerle rey, pero Jesús se les escapó. Y según Jn 7:40, en Jerusalén durante la fiesta de tabernáculos, mientras Jesús enseñaba, algunos decían, “Verdaderamente éste es el profeta”. Pero aunque ciertos querían prenderle, no hubo un acuerdo general. Jesús entendía muy bien el propósito de su vida, y no quiso aceptar ningún puesto que le despistara del camino a Gólgota.

Ireneo (135-202 d.C.), padre de la iglesia, escribió lo siguiente acerca del Evangelio según Mateo, y señaló la humildad y mansedumbre del Señor Jesús (recordemos que Moisés fue también descrito como un hombre manso en Nm 12:3): “Mateo, de nuevo, relata su generación [de Jesús] como hombre, diciendo: ‘El libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham’, y también, ‘El nacimiento de Jesucristo fue así’. Entonces, es el Evangelio de su humanidad; por lo cual también se mantiene a lo largo de todo el Evangelio [el carácter de un] hombre humilde y manso”.

(2) Los cinco libros de Moisés. Mateo estaba convencido de que Jesús fue aquel que Dios prometió a Moisés, y hay muchas indicaciones de esto en el Evangelio de Mateo. El lector nota los cinco grandes discursos de Jesús en Mateo, como hay cinco libros en la Torá de Moisés, también llamado el pentateuco (“penta” quiere decir cinco). Y como en la Torá, los cinco discursos de Mateo se alternan entre ley (son enseñanzas en Mateo) y narraciones de historia (son milagros y entrevistas en Mateo).

Los cinco discursos de Jesús a sus discípulos en Mateo son:

• El sermón del monte, Mt 5:1-7:27, que contesta la pregunta: ¿Cómo son, y cómo deben vivir los discípulos del reino de los cielos? Concluye con “Y cuando terminó Jesús estas palabras . . .” (Mt 7:28).

• Instrucciones sobre la misión de los discípulos, Mt 10:5-42, que contesta la pregunta: ¿Cómo debe servir un discípulo del reino de los cielos? Concluye con “Cuando Jesús terminó de dar instrucciones . . .” (Mt 11:1).

• Las parábolas del reino de los cielos, Mt 13:1-52, que contesta las preguntas: ¿Cómo se extiende el reino, y qué es su valor? Concluye con “Cuando terminó Jesús estas parábolas . . .” (Mt 13:53).

• Las relaciones en el reino de los cielos, Mt 18:1-35, que contesta la pregunta: ¿Cómo son las relaciones entre los del reino, y los de afuera? Concluye con “Cuando Jesús terminó estas palabras . . .” (Mt 19:1).

• Instrucciones acerca del futuro y el juicio, Mt 24:1-25:46, que contesta las preguntas: ¿Qué del futuro para los discípulos del reino, y cuál será la señal de la venida de Cristo y del fin del mundo? Concluye con “Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras . . .” (Mt 26:1).

El hecho de que los discursos concluyen cada uno con palabras similares indica que Mateo a propósito incluyó estos mensajes más extensos del Señor, y que sean cinco es una confirmación que Mateo quiso demostrar la similitud de ellos con los cinco libros de Moisés.

Varios comentaristas consideran que los cinco “libros” de Jesús son la Torá (“enseñanza”) del Mesías, que revela una nueva y más profunda relación de un discípulo con el Dios del pacto. Esta nueva Torá no va en contra de la ley de Moisés, sino es muy superior a ella en todo aspecto.

Jesús, como autoridad suprema, corregía las aplicaciones erróneas que los religiosos declaraban con “Pero Yo les digo . . .” (Mt 5:22, 28, 32, 34, 39, 44). Los rabinos exponían la ley de Moisés que gobierna sólo las acciones; el Señor Jesús proclamaba la verdadera ley espiritual que gobierna el corazón y las acciones. Vino el Mesías para cumplir la profecía de Jer 31:31-34 y establecer un nuevo pacto en las mentes y los corazones.

En un documento cristiano antiguo se hallan estas frases: “Mateo frena la audacia de los judíos, tirando de las riendas con cinco libros como si fuesen bridas . . .”

(3) Mateo 1:1 refleja Génesis.  El nombre en el Antiguo Testamento en griego (la Septuaginta) del primer libro de Moisés es “Genesis”, y el español es una transliteración, o sea que tiene los mismos sonidos: génesis.  Mt 1:1 comienza, en una traducción directa del griego, con “libro del génesis de Jesucristo”.  Mateo conocía el hebreo y el griego, y habrá sido a propósito que comenzó su Evangelio en griego reflejando al primer libro compuesto por Moisés.  Génesis en griego quiere decir “principio o comienzo”; el nombre del libro en hebreo es “Bereshit”, o sea “en el principio”.

(4) Hay varios paralelos en el nacimiento y los primeros años de Moisés y del Señor Jesucristo:

• Ambos nacimientos ocurrieron bajo circunstancias muy difíciles.  La madre de Moisés tenía que mantener a su hijo en silencio, sin llorar, para que nadie se diese cuenta que había un infante hebreo en casa (Ex 2:1-2).  La madre de Jesús, estando muy encinta en circunstancias difíciles, tuvo que viajar varios días con su marido a un pueblo aislado, donde no hubo un lugar cómodo para ella y, sin la ayuda de su madre y mujeres de la familia cercana, dar a luz a su primer hijo (Mt 1:18-24 con Lc 2:1-7).

• Hubo hostilidad del gobierno hacia ambos niños.  El Faraón de Egipto quiso reducir la población israelí, y mandó a las parteras hebreas a matar a los niños varones; esto incluía a Moisés (Ex 1:7-16; 2:1-9). El rey Herodes el Grande aborrecía a todo rival a su poder, y asesinaba a cualquier adversario; por esto procuró acabar con el niño Jesús (Mt 2:2-3, 12-16).

• Sucedió una matanza de niños. La orden del Faraón provocó la muerte de muchos niños recién nacidos de Israel (Éx 1:15-2:3). Herodes el Grande quiso matar al recién nacido Jesús, y en este plan asesinó a los niños menores de dos años en Belén y en todos sus alrededores (Mt 2:16-18).  La protección de Dios salvó la vida a Moisés, y a Jesús.

• Salida de Egipto. Moisés se escapó de Egipto, y luego sacó todo el pueblo israelí de Egipto y lo dirigió hacia Palestina (Ex 2:11-15; 12:37-42). Después de haberse refugiado de Herodes en Egipto, José y María, con Jesús, salieron de Egipto y regresaron a Palestina (Mt 2:15, 19-23). El texto citado en Mt 2:15, Os 11:1, mira en dos direcciones: como historia, mira atrás hacia Moisés e Israel; como profecía, mira adelante hacia Jesús.

(5) Ayunaron 40 días. Moisés, en el Monte Horeb, ayunó 40 días (Ez 34:28; Dt 9:9), y Jesús ayunó 40 días en el desierto (Mt 4:2). Según comentaristas judíos, el número 40 es muy significativo:

(a) 40 días para formar una nueva entidad espiritual; (b) 40 días en ayuno para aprender y comprender; (c) 40 días de lluvia durante el diluvio para purificar la tierra; y (d) el número 40 representa un cambio transformativo y redentor.

Algunos sostienen que 1 R 19:8 indica que Elías pasó 40 días en ayunos, pero otros piensan que el texto deja lugar para diferentes interpretaciones.

(6) Moisés y Jesús oyeron la voz de Dios al principiar su ministerio. Moisés oyó la voz de Dios llamarle cuando ardía la zarza (Ex 3:1-4:17).  En su bautismo, al principiar su obra, Jesús oyó la voz de Dios, su Padre (Mt 3:17).

(7) Desde un monte Moisés y Jesús revelaron la voluntad de Dios:

• Moisés subió al Monte Sinaí (Horeb) (Ex 19:1-3); Jesús subió al monte en Galilea (Mt 5:1).

• Moisés se sentó en el monte para recibir la ley de Dios (es la explicación en el Talmud judío de Dt 9:9); también Moisés se sentó para juzgar, enseñar al pueblo, y preparar jueces (Ex 18:13-26). Jesús se sentó en el monte para enseñar y preparar a sus discípulos, y al pueblo (Mt 5:1-2).

Jesús habló de la “cátedra de Moisés”, una silla adornada en ciertas sinagogas, usada muchas veces por fariseos pretenciosos para que desde este ostentoso lugar pronunciaran lo que consideraban la interpretación o aplicación correcta de la ley (Mt 23:2).  El término fue mencionado por varios antiguos rabinos.

• Moisés enseñó las prácticas externas y la ética de la nación de Israel desde un monte; Jesús enseñó los valores internos y la ética del reino internacional desde un monte.

• Al escribir claramente “el monte” en Mt 5:1 (y no “un monte”), Mateo obviamente estaba contrastando este monte de Jesús en Galilea, con aquel monte de Moisés (Horeb) en el desierto de Sinaí.

(8) Los dos eran maestros. Moisés fue el maestro de Israel (Ex 18:19-20; Dt 4:1, 14; 31:19, etc.).  Los rabinos vieron a Moisés como “nuestro maestro”, el maestro pedagogo de quien heredaron su propia misión como maestros. En cambio, Jesús fue el maestro excelso que enseñaba acerca del reino de Dios (Mt 5:1; 7:28-29; 13:54; 19:1-2; 21:45-46; 26:3-5, etc.). No sólo la gente se admiraba de sus enseñanzas, sino aun sus adversarios fueron impresionados por su habilidad (Mt 22:16). Después de su ascensión, los discípulos y apóstoles predicaban su doctrina (Hch 2:22-23 comparado con Mt 28:19-20 y Lc 24:25-27, 44-49; Hch 3:13-16; 4:8-13; 6:2, 4; 9:20: 10:34-43, etc.).  Hoy también seguimos enseñándola hasta los fines de la tierra.

(9) Moisés y Jesús manifestaron milagros:

• Por medio de Moisés, Dios hizo milagros destructivos ante Faraón y los egipcios (Ex 7:14-12:36).  Mateo escribió de milagros benéficos de sanidad que Jesús hizo después de proclamar el sermón del monte (ver Mi 7:15-16; Mt 8:1-9:34). Al sanar al leproso, la primera sanidad citada (Mt 8:1-4), Jesús obligó a los sacerdotes a reconocer que uno mayor que Moisés estaba presente (Nm 12:1-15; no se sabe por cierto si Dios contestó la oración de Moisés pidiendo al Señor que sanara la lepra en María; pero Jesús, sin lugar a duda, sanó aquel leproso).

• Por medio de Moisés, Dios hizo que el pueblo cruzara el fondo del Mar Rojo (Ex 14).  Pero Jesús andaba sobre las aguas del mar de Galilea, hizo que Pedro también anduviera sobre las aguas, y además calmó instantáneamente la tormenta (Mt 14:22-33).

• Dios dio maná a Israel bajo el ministerio de Moisés (Ex 16). Jesús multiplicó panes para miles de personas, y Él mismo es el pan de vida (Mt 14:13-21; 15:32-39; 26:26; ver Jn 6:30-35).

(10) 12 personas especiales. Moisés envió 12 espías en secreto a un territorio, Palestina (Nm 13). Jesús seleccionó, entrenó y capacitó a 12 apóstoles que envió abiertamente a todas las naciones (Mt 28:16-20 con Hch 1:6-26).

(11) Los dos juntos, pero no iguales. Jesús en brillante gloria, acompañado de Moisés y Elías, apareció a Pedro, Jacobo y Juan en el monte de la transfiguración.  Moisés fue el mayor de los profetas que escribían, y Elías el mayor de los profetas que hacían prodigios; pero los dos eran obviamente menores ante Jesús. La voz de la nube poderosamente afirmó la trascendencia de Jesús (Mt 17:1-8).

Los rostros de Moisés y Jesús brillaban; pero el brillo del rostro de Moisés menguaba, mientras el brillo del rostro de Jesús continúa (Ex 34:29-35; Mt 17:2; 2 Co 3:7-18; Ap 1:10-16).

(12) Los dos establecieron pactos.  Jesús es el nuevo Profeta, Maestro y Libertador que estableció el nuevo pacto con su propia sangre, no como Moisés que estableció el primer pacto con la sangre de machos cabríos y becerros (He 9:11-22). Por todo esto, y mucho más, Jesús supera a Moisés. Moisés fue fiel en la casa de Dios, pero Jesús hizo la casa y tiene mayor honor (He 3:1-6).

PROPÓSITO DE MATEO

Es obvio que el Evangelio según Mateo tiene el propósito de presentar a Jesús como el Mesías de Israel y el Salvador del mundo; reluce este objetivo desde el primer versículo hasta el último.

Como sucedió con los otros documentos del Nuevo Testamento, Mateo compuso su Evangelio para servir las necesidades de la iglesia, una comunidad no centrada en sí, sino que siempre debe preocuparse por compartir y extender la fe hacia otros que no la conocen.

La iglesia. Varias veces notamos pasajes o eventos que establecen los fundamentos para la relación de hermanos y hermanas en la comunidad, que es la iglesia.  Cada uno de los cinco discursos de Jesús enfocan esta realidad.  Por ejemplo, en este Evangelio un “hermano”, a menos que sea un hermano de sangre, indica un discípulo de Jesús (Mt 5:22-24, 47; 7:3-5; 18:15, 21-22).  Jesús, conociendo los roces y desacuerdos que se suscitan entre hermanos, ¡ordenó que nos perdonemos setenta veces siete! Existe una intimidad de relación entre Jesús y los suyos; el Mesías vive en comunidad con sus discípulos (Mt 18:20; ver también Hch 9:1-5).

Bien comentó W. D. Davies, “Los cristianos están llamados a vivir su unidad en Cristo, no sólo en su trato con el mundo, y en la aceptación del sufrimiento, sino entre sí, en la aceptación de servirle mutuamente, juntos”.

La memorización. Cuando se traduce el griego de los Evangelios al arameo hablado por Jesús y sus discípulos, se halla que el 80 por ciento de las enseñanzas del Señor tenían una forma poética, la cual facilitaba su memorización.

Las culturas mediterráneas, griega, romana, judía y egipcia, ponían mucho valor en la memorización. Oradores griegos y romanos memorizaban de antemano todo su discurso, aun cuando tomaba varias horas para recitarlo todo. Un documento antiguo declara que una de las cinco tareas de un orador fue “memorizar el discurso y guardarlo en el corazón durante la preparación para entregarlo”.

Generación tras generación de estudiantes repetían con precisión las enseñanzas de filósofos y oradores famosos. Los judíos hacían lo mismo, y por cientos de años podían recitar correctamente por memoria importantes conversaciones, eventos y enseñanzas de su historia. Los primeros cristianos hacían lo mismo con los eventos y las palabras del Señor Jesucristo.

Un manual de instrucción. Varios académicos creen que Mateo estructuró su Evangelio para servir como un manual de instrucción para nuevos creyentes, sean judíos o gentiles. Los cinco discursos en Mateo, intercalado con varios milagros o encuentros agrupados en tres (tríades), son fáciles de aprender por memoria. Entonces se podría usar el material de Mateo para instruir a novatos, o para defenderse contra las fraudulentas ideas de fanáticos judíos u otros agresores sectarios.

El gnosticismo. En el tiempo de Mateo existía un pre-gnosticismo, que en las décadas después de él se desarrollaba en contra del cristianismo verdadero, y era como un aguijón para los líderes de la iglesia. La idea central de esta filosofía religiosa fue que uno podría conocer las misteriosas potencias espirituales, quienes darían a uno poder, redención, liberación del peso negativo de la materia creada, del destino maligno, y de la muerte. Pretendían que ese poder oculto también concedería la inmortalidad. A la vez, el gnosticismo permitía pecados carnales sin restricción, porque suponían que la carne no importaba e iba a ser destruida.

Estos conceptos gnósticos echaban raíces y tenían adeptos en todas las regiones conquistadas por Alejandro Magno, donde influía la pagana filosofía griega. Tristemente, debemos reconocer que hay grupos hoy que pretenden ser “cristianos”, pero en realidad mantienen ideas torcidas de origen gnóstico.

En oposición a conceptos pre-gnósticos, Mateo declaró y exaltó el nacimiento físico y material del Cristo, de una virgen. Enfatizó que el Santo Ser, humano, hecho de carne y hueso, y que de la virgen nació, fue Emanuel (Dios con nosotros).

En el sermón del monte el Señor Jesucristo demandaba una moralidad superior, que afecta tanto la vida espiritual como la terrenal, en este mundo pecaminoso. Jesús enseñó abiertamente que lo que hacemos en este mundo material afecta y puede romper nuestra relación espiritual con Dios.

La filosofía pre-gnóstica buscaba poder y autoridad (griego “exousia”) para sus practicantes. Pero Mateo afirmó que todo poder está sólo en Jesús (ver poder, “exousia”, en Mt 7:29; 9:6; 28:18).  Los humanos no tenemos en nosotros ese poder y autoridad; nuestra autoridad es conferida por el Señor Jesús y su Espíritu Santo (Mt 28:18-19; Hch 1:8).

Durante su prueba contra el diablo, Jesús no discutió con el maligno el título “Hijo de Dios”, manifestando de esta manera que lo aceptaba (Mt 4:3-7). Sin embargo, aunque fue Dios, padeció hambre y gran necesidad física, a tal punto que al terminar el ayuno y la prueba, requería el servicio de ángeles (Mt 4:2-3, 6, 11). En este relato, Mateo mostraba claramente que el Mesías fue verdaderamente hombre físico, y a la vez divino.  Al narrar todo esto, Mateo enfrentaba a la adulterada doctrina de la filosofía gnóstica que quería separar lo material de lo espiritual.

De igual manera, la cruel muerte que Jesús sufrió, con la explicación en Mateo de la agonía mortal que soportaba en su cuerpo, era repugnante a los gnósticos. La historia de la expiración del Señor, cuando “entregó el espíritu” (Mt 27:32-50), chocaba violentamente con las imaginaciones gnósticos que negaban la realidad del cuerpo y lo material. Ellos querían un Cristo imaginario, sin nacimiento, sin sufrimiento, sin cruz, sin resurrección, una figura mística que flotara en el éter de sus mentes confusas. En cambio, el Evangelio según Mateo ofrece sólo el Hombre Salvador que es Dios, hecho de carne y hueso como nosotros, pero sin pecado, que con sus sufrimientos en un cuerpo físico, y resurrección en un cuerpo transformado, nos salva para el tiempo y para la eternidad.

Mateo incluyó en su Evangelio las advertencias de Jesús contra falsos profetas, que son como lobos vestidos de ovejas. Dijo que esos falsos se presentarán como supuestos seguidores de Él, pero torcerán sus enseñanzas, y usarán profecías y prodigios simulados (Mt 7:15-23). En todas las edades de la iglesia, personas con estas características se han levantado en contra de la verdad, y aumentarán hacia el fin (Mt 24:4-12, 23-27).  Gracias a Mateo, tenemos una sólida precaución contra esas doctrinas y personas mal intencionadas.

Jesús cumplió las profecías mesiánicas. Este tema es grande en el Evangelio según Mateo. Usa la frase “Esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta” o algo similar 14 veces: Mt 1:22; 2:15, 17, 23; 4:14; 5:17; 8:17; 12:17; 13:35; 21:4; 26:54, 56; 27:9, 35. En cambio, Marcos y Lucas empleaban estos términos solo tres veces cada uno.

En un Apéndice al final de este comentario se hallará más información acerca de profecías y citas del Antiguo Testamento en el Evangelio según Mateo.

DESTINATARIOS—LOS JUDIOS

Mateo fue considerado el puente entre los dos testamentos por razones como las siguientes:

• Mateo tiene más citas y alusiones al Antiguo Testamento que los otros tres Evangelios. El estudiante serio hallará en Mateo más de 200 citas y alusiones a las Escrituras hebreas (ver el Apéndice al fin del comentario).

Es obvio que el autor de este Evangelio conocía bien el hebreo, el arameo y el griego. Algunas citas son de la Septuaginta (LXX), una versión del Antiguo Testamento traducida en Egipto  alrededor de 200 a.C. Otras citas son traducciones directas del texto hebreo al griego, que parecen ser hechas por Mateo mismo.

• Mateo se esforzó por demostrar que Jesús de Nazaret llenó las profecías y los tipos del Mesías, pronunciados siglos antes al pueblo de Israel. Muchas de estas profecías están incluidas en el Apéndice al final de este comentario.

• Mateo preservó ocasiones cuando Jesús, en sus grandes sermones, llamaba la atención de los oyentes a pasajes del Antiguo Testamento, o cuando corregía la mala interpretación que los escribas y fariseos daban a las enseñanzas del primer pacto (ver Mt 5-7, 10, 13, 18, 24-25, y encuentros de Jesús con sus adversarios en Mt 21 y 22).

• El autor de este Evangelio conocía muy bien las prácticas y normas religiosas de los judíos, más que hubiera sido posible para un gentil, y obviamente había sido instruido e indoctrinado en los detalles del judaísmo.  Algunos eruditos comentaristas creen que Mateo fue educado en una escuela rabínica, porque en este Evangelio el autor sigue el estilo rabínico en varias porciones.

• Mateo conocía las diferencias entre los sectores importantes de la sociedad religiosa judía, como es obvio en Mt 21 y 22: (a) los principales sacerdotes (21:15); (b) los escribas (21:15); (c) los ancianos del pueblo (el Sanhedrín) (21:23); (d) los fariseos (22:15); (e) los herodianos (22:16); y (f) los saduceos (22:23).  Varias veces Mateo da más información sobre estos grupos.

• El autor entendía y dio énfasis a las críticas de Jesús en contra de las prácticas religiosas, las demandas y los ritos de los fariseos y los escribas (Mt 23).

• Únicamente en Mateo aprendemos que Jesús, en la primera misión de los apóstoles, les envió a las “ovejas perdidas de la casa de Israel”.  Luego, Él usó la misma expresión cuando una mujer gentil le pedía un milagro (Mt 10:6; 15:24). Nos llama la atención que Jesús hablara la misma frase dos veces, y Mateo lo captó para comunicárnoslo.

• Mateo notó que Jesús tomaba ciertos renglones de la ley de Moisés y los aplicaba para la iglesia, como en el caso de dos o tres testigos (Dt 17:6; 19:15; Mt 18:16).

• Mateo usó palabras y expresiones hebreas en su texto:

—Iesou = Jesús, “Yehoshua”; traducido es “Jehová salva” (1:1, etc.).

—Christou = Cristo, “Meshiach”; traducido es “El Ungido” (1:1, etc.).

—“Emmanouel” = Emanuel; traducido es “Dios con nosotros” (1:23).

—“Bethleem” = Belén; traducido es “Casa de pan” (2:1).

—Reino de los cielos = frase entendible a judíos; significa el reino de Dios sobre la tierra (Dt 10:14; 1 Cr 29:11-12; 2 Cr 6:14, 18, 23, etc.).

—“Amen” = Amén; dos veces en Mt significa que uno está de acuerdo, o como una bendición (6:13 y 28:20). 30 veces en Mt el Señor Jesucristo lo declara al principiar una declaración, y es traducido “De cierto”; significa “Esta es una verdad cierta”; llama al lector a prestar atención.

—Hijo del hombre = nombre profético para el Mesías (Dn 7:13-14; Mt 8:20, etc.).

—“Baalzebub” = Beelzebú; dios filisteo asociado con moscas, y en la teología de los fariseos era un nombre por Satanás; Jesús no le tenía ningún temor (2 R 1:2; Mt 12:27).

 —“Elí, Elí, ¿lama sabactani?” = “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”; fue el clamor más angustiado de Jesucristo en la cruz; estas palabras afectaron a Mateo de tal manera que las incluyó en su Evangelio en el idioma original (Sal 22:1; Mt 27:46).

• Había sinagogas en todas las ciudades mediterráneas, hasta Cirene en el norte de África y la península ibérica. También existían sinagogas en muchas ciudades partas, medas, elamitas y hasta el sur de la India. En todas estas sinagogas se leía las Escrituras en el hebreo y el griego. Así que el Evangelio según Mateo podía alcanzar y ser entendido por judíos en todo el mundo conocido de aquel entonces, y por muchos gentiles piadosos que asistían a las sinagogas como simpatizantes.

DESTINATARIOS—LOS GENTILES

A la vez que Mateo se preocupaba por alcanzar a judíos, insertó en su Evangelio muchas referencias a gentiles, que ellos verían como una invitación a seguir a Jesucristo. He aquí, una lista parcial de referencias gentiles en el Evangelio según Mateo:

• “Hijo de Abraham”; Abraham sería padre físico de los judíos, y padre espiritual de muchas naciones (Gn 12:2-3; 17:6, 16; 22:15-18; Mt 1:1).

• Tres mujeres gentiles entre los antepasados del Cristo: Tamar, Rahab y Rut (Mt 1:3, 5).

• Mateo refirió a Betsabé como “la que fue mujer de Urías”. El nombre Urías significa “Jehová es mi luz”; él fue heteo, ciudadano de una nación potente al norte de Palestina que había declinada, y es seguro por su nombre que se convirtió en un adorador de Jehová; este gentil fue incluido entre los 37 soldados más valientes de David (2 S 23:39).

• Mateo dio en el griego el significado de los nombres Jesús y Emanuel para los gentiles que no conocían el hebreo (Mt 1:21, 23).

• Es muy importante la llegada de los magos del este, porque obviamente eran gentiles de alto rango (probablemente de Partia), y su presencia turbó al rey Herodes y toda Jerusalén. Herodes los temía (Mt 2:3), porque, según Josefo, había peleado ferozmente con ejércitos partos años antes, y su hermano Fasael se suicidó en un campamento militar parto porque no quería ser torturado por ellos. La mención por Mateo de ricos regalos de los magos, su adoración al Niño Jesús, y la revelación divina en sueños vislumbraba la adoración de las naciones ante el Rey de los judíos, que también es el Salvador del mundo (Mt 2:1-12; Jn 4:42).

• Que el Cristo se refugiara en Egipto, y de allí saliese, da mucha esperanza de que los gentiles puedan tener refugio en Él (Mt 2:14-15, 19-22).

• La tercera prueba presentada por el diablo enfocaba a los reinos del mundo; Jesús no rechazó a los reinos, pero sí detestó la idea de postrarse ante el rebelde Satanás; es que las naciones pertenecen a Jehová, y Él los da a su Hijo (Mt 3:8-10; Sal 2).

• Jesús principió su ministerio en “Galilea de los gentiles” (Mt 4:15).

• El “Camino del mar” conducía a tierras gentiles: desde Damasco en Siria hasta El Qantara en Egipto; y “al otro lado del Jordán” refería a tierras habitadas por gentiles (Mt 4:15).

• “Se difundió su fama por toda Siria” quiere decir que gentiles de esa provincia romana querían acercarse al Salvador (Mt 4:24); que le siguiera gente del “Decápolis” y “del otro lado del Jordán” significa lo mismo (Mt 4:25). “Decápolis” refiere a 10 ciudades gentiles fundadas por sucesores de Alejandro Magno.

• Jesús llamó a sus discípulos no solo a ser sal para los judíos, sino a ser sal “de la tierra”; y ser “la luz del mundo” claramente habla de influencia entre las naciones (Mt 5:13-14).

• “El juez” y “la cárcel” eran instituciones gentiles; los tribunales judíos tenían a lo menos tres jueces, y no había cárcel judía; así que Jesús hablaba de situaciones entre las naciones, o de costumbres romanas (Mt 5:25).

• Cuando Jesús decía “cualquier que te obligue a llevar carga por una milla” hablaba de soldados romanos, que tenían derecho a exigir que una persona no-romana llevara su pesado equipo militar por una milla; el Señor estaba contemplando el impacto de su mensaje en soldados del imperio (Mt 5:41).

• El segundo milagro que Mateo describió después del sermón del monte fue la sanidad del siervo de un centurión romano; es asombroso que Mateo diera tal relevancia a esta gracia sanadora, hecha a petición de un gentil opresor, y además que incluyera la enseñanza de Jesús que muchos del oriente y del occidente estarán en el reino de los cielos, mientras judíos serán echados a las tinieblas de afuera (Mt 8:5-13).

• De igual manera, en el quinto milagro que Mateo posicionó después del sermón del monte, Jesús liberó a dos gadarenos de demonios; Gadara fue una ciudad del Decápolis, en territorio gentil; así que aquí también Jesús obró a favor de personas no judías (Mt 8:28-34).

• Jesús informó a los discípulos que serían llevados ante gobernadores y reyes, “para testimonio a ellos y a los gentiles” (Mt 10:18).

• Al reconvenir a ciudades judías que no le aceptaban, Jesús dijo que sería mejor en el juicio para ciudades gentiles como Tiro, Sidón, y hasta Sodoma, que para ciudades judías que le rechazaban (Mt 11:20-24).

• Al citar a Is 42:1-4, Mateo otra vez señala que la misión de Jesús incluye a las naciones gentiles (Mt 12:18-21); las palabras griegas exactas usadas por Mateo no aparecen en ninguna traducción conocida de Isaías, y nos lleva a la conclusión de que Mateo mismo tradujo el pasaje de Is 42 del hebreo al griego.

• Dijo Jesús que los hombres de Níneve, y la reina del Sur (Saba), gentiles, condenarán a los fariseos judíos y su generación en el juicio (Mt 12:38-42).

• En la parábola de la cizaña, no dijo el Señor que el campo es Israel, sino que el campo es el mundo (Mt 13:38).

• La mujer cananea prevaleció al rogar por su hija, y Jesús, bendiciendo su ejemplo, sanó a la hija (Mt 15:21-28).

• Cuando Jesús quiso preguntar a sus discípulos quien era para ellos y los hombres, llevaba a sus seguidores a Cesarea de Filipo, un sitio dedicado a dioses gentiles, y allí, en aquel lugar pagano, recibió el testimonio de fe de Simón Pedro. En este lugar hay una cueva, de donde sale un tributario del río Jordán, que se llamaba “las puertas del Hades”. Jesús refirió a esto para indicar que aun los poderes más feos en el mundo no pueden prevalecer contra la iglesia (Mt 16:13-20).

• El Señor mencionó a “los reyes de la tierra”, que claramente son gentiles, para dar una lección espiritual a Pedro (Mt 17:24-27).

• Al echar fuera a los comerciantes y volcar las mesas de los cambistas en el Templo, Jesús repitió parte de Isaías 56:7, “Mi casa, casa de oración será llamada”; pero el resto del texto, que sería bien conocido por los sacerdotes y los escribas, continúa “para todos los pueblos”.  Es que los comerciantes y los cambistas ocupaban por completo el Patio de los Gentiles en el Templo, y no hubo lugar para que gentiles allí adorasen a Dios. Al echar de ese patio a los comerciantes, Jesús abrió lugar para que los de otras naciones pudiesen adorar a Dios (Mt 21:12-13).

• Jesús advirtió a los sacerdotes y miembros del Sanhedrín (ancianos del pueblo) que el reino sería quitado de ellos y “dado a gente que produzca los frutos de él”; Jesús insinuaba que las bendiciones de Dios irían a personas (griego “ethnei”) de otras naciones (Mt 21:23, 43).

• Cuando los fariseos querían sorprender a Jesús acerca de los tributos romanos, Jesús les dio una pregunta-respuesta que se aplica no solamente a la situación judía frente a Roma, sino se aplica en cada nación del mundo (Mt 22:15-22).

• Jesús condenó a los escribas y fariseos por recorrer mar y tierra en busca de un prosélito, que obviamente era un gentil, para indoctrinarlo en sus leyes y prohibiciones; estaba Jesús insinuando que Él daría libertad, no esclavitud religiosa, a los gentiles (Mt 23:15).

• El Señor daba esperanza a los extranjeros al profetizar que el evangelio del reino sería predicado “en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones” (Mt 24:14).

• Hay otras referencias a las naciones en el sermón del fin: (Mt 24:30-31; 25:32).

• El ejemplo de la mujer que derramó el perfume en la cabeza de Cristo sería contado en todo el mundo (Mt 26:13).

•El centurión, un gentil, a diferencia de los líderes judíos, reconoció que Jesús era Hijo de Dios (Mt 27:54); el testimonio de este gentil se asemeja a la confesión de fe de Pedro (Mt 16:16).

• En la Gran Comisión, Jesús dio autoridad a sus apóstoles y los envió a “todas las naciones” con el evangelio (Mt 28:19-20).

Estas muchas referencias nos convencen que Jesús, y su apóstol Mateo, sentían una profunda pasión por compartir el evangelio de salvación no solamente con los judíos, sino también con los gentiles. 

TENSIÓN ENTRE SINAGOGA E IGLESIA

Mateo escribía mientras se profundizaba la rotura de relaciones entre el judaísmo recalcitrante, tradicionalista, y la nueva comunidad cristiana que se componía de judíos, samaritanos y gentiles. 

Al principio de la iglesia, los seguidores de Jesús se reunían el en Templo judío (Hch 2:46; 3:1-11, etc.).  Pero la actitud de los líderes judíos cambiaba al crecer el número de cristianos, y se introdujo una hostilidad judía que luego se transmutó en persecución abierta (Hch 4:1-3, 16-21; 5:12-42). Después de Hch 5, no hallamos mención del Templo en Jerusalén hasta que Pablo fue allí para satisfacer una petición de Jacobo y ancianos judío-cristianos de que Pablo se mostrase ser un judío fiel al acompañar a unos judíos que cumplían un voto. Pero a Pablo no le resultó bien, y allí comenzó el tramo largo de encarcelamiento que le condujo a Roma, porque para salvar su vida apeló a César (Hch 21:17-34; 25:11).

La enemistad judía oficial se extendía por el imperio romano, y los apóstoles confrontaban fuerte persecución en varias provincias, no del gobierno romano, sino de judíos fanáticos (Hch 13:42-50; 14:1-7, 19-20; 17:1-9; 18:1-6, 12-17; 19:13-17). Fue la furia judía, y ninguna transgresión oficial de Pablo, que causó la conmoción en el Templo (Hch 21:27-36 con 23:23-31 y 26:30-32).

Al componer su Evangelio, Mateo estaba muy consciente de la creciente ola de adversidad judía, e incluía en su Evangelio notas que la intimaron. Citaba las enseñanzas de Jesús que revelaban sus fuertes desacuerdos con los maestros de las sinagogas (Mt 12:14, 24-45; 23:23-36, etc.). Recordó las palabras cuando el Señor advertía contra falsos mesías y maestros que engañarían a muchos con prodigios mentirosos. Implicaba Jesús a personajes que podrían ser judíos pretenciosos o gentiles (Mt 7:15-23; 24:9-13, 23-27, 45-51). 

Mateo dejó escapar su punto de vista cuando refería a “la sinagoga de ellos”, como un centro del judaísmo tradicionalista (Mt 4:23; 9:35; 12:9).  Él también notó que el mismo Señor Jesús encaraba a los escribas y fariseos que azotarían a sus discípulos en “sus sinagogas” (Mt 23:34).

Como resultado de esta tensión iniciada y provocada por líderes judíos, le era muy difícil para un judío practicante decidir ser un discípulo de Jesús (Hch 5:13), asociar con cristianos judíos y gentiles, y a la vez mantener relaciones con judíos no-convertidos a Cristo.

Es correcto lo que anotaron los comentaristas Davies y Allison: “Dejar el judaísmo significaba pasar de una sociedad a otra; implicaba la dolorosa rotura no sólo de los lazos familiares y culturales, sino también la separación de toda la vida de una comunidad de la que uno dependía social y económicamente”. Esta ha sido la experiencia de nuevos cristianos en todos los países y comunidades donde el evangelio recién llega; muchas veces los primeros en seguir a Jesucristo sufren más.

Mateo recordó palabras de Jesús sobre este tema: algunas personas lucharán con atajos familiares y económicos (Mt 8:18-22), ciertos grupos o pueblos recibirán o rechazarán a los emisarios del Mesías (Mt 10:11-15), el Señor ofrece recompensas a los que reciben sus misioneros (Mt 10:40-42), y Jesús reta a las personas a recoger consigo (Mt 12:30).

Estas tensiones siguieron a los apóstoles aun dentro de la iglesia (Hch 6:1).  Las costumbres judías eran a menudo el campo de batalla.  Jesús, como un judío practicante, observó muchas de las costumbres de su pueblo natal, pero dio lugar para discernir y diferenciar cuando llegamos a las comidas, el día sábado, lo limpio y lo inmundo, y otras ceremonias secundarias.  Por esto, el apóstol Pablo enfrentó la situación con respecto a (1) las comidas, (2) el día de reunión (sábado o domingo), (3) lo limpio y lo inmundo, y (4) otras prácticas (Ro 14:1-15:6; Gá 2:14-16; 3:24-27; 4:8-11; Col 2:13-23). El apóstol declaró que Jesucristo es superior a dichas cosas, y que debemos buscar opciones en vez de pleitos.

En cuanto al día de reunión, Mateo vio de antemano que habría tensiones y acomodó las posiciones de judíos y gentiles en su Evangelio, informándonos que: (a) como fiel judío Jesús iba a sinagoga, cuyos servicios principales se cumplían el sábado (Mt 4:23; 9:35; 12:9; 13:54); (b) Jesús fue menos estricto con los reglamentos judíos que gobernaban el comportamiento en sábado (Mt 12:1-8, 9-13); (c) Jesús resucitó el primer día de la semana (domingo), lo cual daba ocasión a los cristianos celebrar juntos ese día, especialmente en las iglesias gentiles, llamándolo “el día del Señor” (Mt 28:1; Hch 20:7; 1 Cor 16:1-2; Ap 1:9-10). (“Domingo” procede de la palabra latín “dominus”, que significa “Señor”.)

En los primeros años de la iglesia, los judíos formularon una oración a Dios maldiciendo a los cristianos, pidiendo la muerte de ellos en sus días, y rogándole que se les quitara toda bendición. Se llama la Birkat haMinim, y según varios expertos comenzó a ser parte de las oraciones judías y la liturgia oficial antes de 70 d.C., cuando se destruyó el Templo en Jerusalén.  Otros creen que se inició o fue enmendado en el segundo o tercer siglo de la iglesia.  En este caso, y en muchos más, calan hondo estas palabras del Señor Jesús a sus seguidores: “Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo” (Mt 5:11, RVA-2015).

SEMITISMOS

En el Evangelio según Mateo hay una abundancia de semitismos, o sea, expresiones o estilos de comunicación que no vienen de un trasfondo griego, sino de personas cuyo idioma madre es hebreo o arameo.  Estas son lenguas semitas, y comparten características distintivas que las diferencian del griego, latín u otro idioma. Siendo judío, el idioma madre de Leví/Mateo fue el arameo, y estudiaba también en el hebreo.

Los eruditos dan tres razones por los semitismos en Mateo, y en el resto del Nuevo Testamento: (1) La versión del Antiguo Testamento que fue traducida del hebreo al griego, la Septuaginta (LXX), tiene muchos semitismos. Fue la Biblia de uso diario para muchos judíos que conocían el griego, y los semitismos en la Septuaginta llegaron a ser parte del vocabulario de judíos al hablar y escribir el griego. (2) Cuando Mateo hacía sus propias traducciones al griego del Antiguo Testamento en hebreo, se habrán metido palabras y expresiones que él recordaba, y que tradujo del hebreo al griego. (3) Desde que comenzó como niño a hablar el arameo, Mateo aprendía estilos semitas de pensar y comunicar que por naturaleza empleaba cuando escribía en griego. Estas tres razones se aplican también a otros judíos que escribían en griego, y cuyas composiciones están en el Nuevo Testamento.

El padre de la iglesia, Ireneo, defendió la Septuaginta contra ataques por grupos heréticos, y testificó que los apóstoles, incluyendo Mateo, usaron la Septuaginta en sus escritos: “Ya que, por lo tanto, las Escrituras [la Septuaginta] han sido interpretadas con tanta fidelidad, y por la gracia de Dios, y ya que de ellas Dios ha preparado y formado de nuevo nuestra fe hacia su Hijo, y nos ha preservado las Escrituras sin adulterar en Egipto [donde se tradujo la Septuaginta] . . . . Porque los apóstoles, puesto que son de fecha más antigua que todos estos herejes, están de acuerdo con esta traducción antedicha; y la traducción [la Septuaginta] armoniza con la tradición de los apóstoles. Porque Pedro, y Juan, y Mateo, y Pablo, y los demás sucesivamente, así como sus seguidores, hicieron todos los anuncios proféticos, tal como los contiene la interpretación de los ancianos”.

Cada idioma tiene su propio estilo de gramática, vocabulario, historia literaria con expresiones que se han repetido por siglos, y modismos. Asimismo fue para los autores bíblicos. La existencia de semitismos en Mateo y el resto del Nuevo Testamento no es un problema; al contrario, comprueba que judíos verdaderos escribían los libros que llevan sus nombres.

Hay largos artículos académicos sobre los semitismos de Mateo y del Nuevo Testamento. No entraremos en tantos detalles, pero los siguientes son algunos ejemplos de semitismos en Mateo:

Orden de las palabras: En los idiomas semitas (hebreo, arameo, árabe, fenicio, etíope, siriaco, etc.) el verbo siempre viene primero en una oración.  Vemos esto en el Padre Nuestro (Mt 6:9-13); aquí los verbos están subrayados: santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, perdónanos nuestras deudas, no nos metas en tentación. Ningún griego hablaría así, pero es muy natural en idiomas semitas.

Uso de varios verbos sin subordinar algunos: En el griego normal, una oración larga tendría un verbo principal, y otros verbos serían subordinados para explicar algo del verbo principal. Pero en los idiomas semitas varios verbos pueden ocurrir una tras otra, sin indicar una orden de importancia. Así, cuando un judío escribía el griego, conectaba los verbos con “y” (“kai” en griego).  Un ejemplo es Mt 16:21, “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos y de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”. Otro ejemplo es Mt 4:23, “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. Se nota lo mismo en Mt 9:35.

Uso frecuente de una preposición: En idiomas semitas, una preposición puede ocurrir delante de cada nombre en una serie.  Pero esto nunca sucede en el griego normal.  Un ejemplo del semitismo con la preposición “de”: “Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán”. (Mt 4:25). 

Uso frecuente de “decir”: Un semitismo es el uso redundante de la palabra decir, aun cuando el contexto indica quién está hablando.  Ejemplos son Mt 5:2, “Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo”; y Mt 23:1, “Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo”.

Contraste extremo. Para enfatizar lo serio de una situación, a veces el hebreo o arameo emplea un contraste extremo.  Es lo que vemos en Mt 18:8-9, “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego”.  Mateo citaba a Jesús cuando el Señor quería enfatizar en arameo lo serio de la vida limpia. Jesús usaba el estilo semita de exageración extrema, pero no estaba ordenando a personas a mutilar sus cuerpos.

Paralelismo poético: Una forma de poesía en idiomas semitas emplea paralelismos, cuando una línea repite casi el mismo pensamiento que la línea anterior, o agrega sólo un pequeño cambio. Las bienaventuranzas de Mt 5:3-11 obviamente son paralelismos, ya que un versículo sigue la forma gramática del versículo anterior y agrega algo nuevo; era una poesía didáctica en el arameo hablado por Jesús.

Redundancia acerca de la persona que habla: Este semitismo viene directamente del hebreo, y no tiene ejemplos entre escritores griegos. Se ve en frases similares a “respondiendo, dijo” (Mt 11:25; 12:38; 17:5; 28:5).

Frecuencia de “he aquí”: Esta palabra (“idou” en griego) es usada también por autores griegos, pero no con la frecuencia que se ve en autores semitas. Llama la atención del lector, “¡Mira!”, a lo que sigue.  En las culturas semitas es más aceptable enfatizar repetidamente la importancia de lo que uno está diciendo. Esta palabra ocurre 62 veces en el Evangelio según Mateo.

Hay otros semitismos en Mateo, que tienen que ver con diferentes detalles de la gramática.

ESTILO LITERARIO: ENCOMIO

Los cuatro evangelios caben dentro de las características literarias de lo que los griegos y romanos llamaban “vidas”, que hoy llamamos biografías.  Antiguamente este estilo era conocido como un “encomio” o elogio.  Los autores griegos y romanos que compusieron encomios tenían libertad para arreglar su material por secuencia según la cronología, o agrupar por temas el material sobre una persona sin seguir el orden cronológico. A veces incluían mucho material acerca de un evento o discurso, y otras veces daban pocos detalles.  Algunos encomios comienzan con el nacimiento de una persona (como Mateo y Lucas), y otras veces principian con la persona adulta (como Marcos y Juan).

La regla antigua para componer un encomio acerca de una persona incluía los siguientes elementos:

• Sus ancestros ilustres

• Los augurios en su nacimiento; muchas veces recordaban señales en el cielo, según el zodíaco

• Su educación y maestros ilustres

• El honor de un buen nombre, que fue un regalo de los dioses

• Las hazañas de la persona

• Sus importantes discursos

• La fortuna y riqueza de la persona

• Los detalles de su muerte noble

• La impresionante legacía de la persona

Leví/Mateo habrá aprendido estos elementos durante su educación en el idioma griego, porque las reglas para escribir un encomio (elogio) o un vituperio (difamación) fueron parte del estudio del griego y de la retórica clásica.  El joven Leví debía dominar el arte de honrar (encomio) o deshonrar (vituperio) a una persona, expresado en palabras y gramática.

Algunas de las razones porque los griegos y romanos escribían y publicaban encomios fue para enseñar y mostrar el valor de la vida ética, para propósitos políticos, o para elevar la estima pública hacia una persona.  Los cristianos, con buena razón, elevaban al Señor Jesús como el supremo ejemplo moral, ético y espiritual, y Él también los llamó a esto (Mt 4:19; 16:24; Jn 8:12; 13:1-17; 1 Cor 11:1; Ef 5:1-2; Fil 2:5-11; 3:12; Col 3:13; Heb 12:1-2; 1 P 2:21-25; 1 Jn 2:6; 3:16, etc.).

Ciertos aspectos del encomio ideal no se ajustaban a la realidad de la vida y muerte de Jesús: su educación y sus ilustres maestros, su fortuna y riqueza, y la muerte noble.  Los seguidores de Cristo, en lugar de avergonzarse de estas realidades contradictorias, se jactaban de ellas y proclamaban lo que ellas ganaron para Cristo y para nosotros.  Dejaron a la oposición rascándose la cabeza acerca de dónde obtuvo Jesús sus conocimientos (Jn 7:14-15), afirmaron que su pobreza enriquece a muchos (2 Cor 8:9), y predicaron del amor que le llevó a la cruz como el valor moral y espiritual más alto de este mundo (Hch 2:22-24; Gal 5:14; 1 Jn 4:14-19, etc.). La resurrección de Jesús fue la evidencia convincente que le dio el lugar supremo entre los humanos, en el cielo, y sobre todo poder espiritual (Hch 2:23-24, 32-36; Ro 1:3-5; 1 Cor 15; Ef 1:17-23; Fil 2:5-11; 1 P 1:3-5, etc.).

En su Evangelio, Mateo superabundó al llenar las pruebas para satisfacer el resto de las características de un encomio. Es por esta, y otras razones, que la iglesia antigua colocó a Mateo como el primero de los Evangelios.

LOS NÚMEROS

Como cobrador de impuestos, Mateo fue un enamorado de los números. Hay que reconocer que 84 veces Mateo mencionó números que no fueron recordados por Marcos, Lucas ni Juan.

Era una costumbre entre escritores judíos arreglar sus obras en orden numérico, y cada número tenía significado. Los siguientes números ocurren en Mateo; múltiples de estos números también son importantes:

• 3 – Integridad y estabilidad; múltiplos de tres se emplean frecuentemente

• 4 – Suficiencia

• 5 – Perfección del orden natural

• 7 – Creación, bendición, la perfección, aspectos de Dios; el número más sagrado en el judaísmo

• 10 – Mucho, poder, completo

• 12 – Totalidad, plenitud, cumplimiento del propósito de Dios

El número tres ocurre con mucha frecuencia en Mateo, con relatos u objetos agrupados en tres (tríadas). A continuación se presentan algunas de estas tríadas. El estudiante serio hallará más grupos de tres, y el predicador encontrará aquí amplias ideas para sermones y enseñanzas:

• El comienzo de la genealogía con tres nombres ilustres: Jesucristo, David, Abraham (Mt 1:1).

• Los tres grupos (14 X 3) de ancestros del Mesías (Mt 1:17).

• Tres visitas del ángel a José, en tres sueños (Mt 1:20; 2:13, 19).

• Los tres presentes de los magos: oro, incienso y mirra (Mt 2:11).

• Las tres pruebas de Jesús en el desierto: pan, fama, poder (Mt 4:1-11).

• Las tres actividades de Jesús: enseñar, predicar, sanar (Mt 4:23).

• Las tres actividades de corrección que cumpliría Él que venía tras Juan el Bautista: limpiar su era, recoger su trigo, quemar la paja (Mt 3:12).

• Nueve veces (3 X 3) Jesús habló de los bienaventurados (Mt 5:3-11).

• Tres delitos a causa de insultos y emociones: homicidio, adulterio, divorcio (Mt 5:21-32).

• Tres campos de decisión en cuanto a las relaciones: juramentos, resistencia al malo, amor al prójimo (Mt 5:33-47).

• Tres pilares del judaísmo y como cumplirlos espiritualmente: la limosna, la oración, y el ayuno (6:1-18).

• Tres peticiones por la gloria de Dios Padre: santificado sea Tu nombre, venga Tu reino, hágase Tu voluntad (Mt 6:9-10).

• Tres peticiones por nuestras necesidades: pan, perdón, preservarnos de tentación (Mt 6:11-13).

• Los verdaderos valores: tesoro en el cielo, buen ojo, Dios es mejor que el dinero (6:19-24).

• Tres ansiedades: comida, bebida, vestido (Mt 6:31).

• No juzgar, pero sí discernir: la viga en el ojo, no echar lo santo a los perros, ni las perlas a los cerdos (7:1-6).

• Tres modos de oración: pedir, buscar, llamar (Mt 7:7).

• El futuro depende de decisiones y acciones ahora: las dos puertas, los falsos profetas y árboles, los cimientos (Mt 7:13-27).

• Tres milagros de sanidad en personas queridas: el leproso, el siervo del centurión, la suegra de Pedro (Mt 8:1-17).

• Tres liberaciones cuando Jesús confrontaba lo malo: los endemoniados, el paralítico, Leví/Mateo publicano (Mt 8:28-9:13).

• Tres milagros en casos muy difíciles: la muchacha muerta y la mujer enferma por años (reportado como un evento), los dos ciegos, el mudo endemoniado (Mt 9:18-33).

• Tres tipos de moneda prohibida en la primera misión: oro, plata, cobre (10:9).

• Tres conceptos acerca del temor: todo se aclarará, no temer a los que matan el cuerpo, los discípulos de Jesús tienen alto valor delante de Dios Padre (10:26-33).

• Seis (3 X 2) clases de necesidad: ciegos, cojos, leprosos, sordos, muertos, y pobres (Mt 11:5).

• Tres parábolas de crecimiento: el sembrador, el trigo y la cizaña, la semilla de mostaza (13:3-32).

• Tres parábolas sobre valores: el tesoro escondido, la perla de gran precio, los pescados buenos (13:44-50).

• Tres peticiones de la madre cananea (Mt 15:21-28).

• Tres veces Jesús anunció su pasión y muerte (Mt 16:21; 17:22-23; 20:17-19).

• En el Monte de la Transfiguración, tres seres estaban presentes: Jesús, Moisés, Elías; tres discípulos atendían: Pedro, Jacobo y Juan; y hubo mención de tres enramadas (Mt 17:1-8).

• Jesús le hizo tres preguntas a Pedro (Mt 17:25).

• Atención a los pequeños: ser como un niño, no hacer tropezar al pequeño, valorar a un pequeño como una oveja perdida (18:1-14).

• La corrección entre los creyentes tiene tres pasos (Mt 18:15-17).

• Como tratar al hermano que ofende: procurar ganar al hermano, perdonar 7 X 70 veces al hermano, la parábola del siervo sin misericordia (18:15-35).

• Jesús dijo que sufriría tres castigos: escarnecido, azotado, crucificado (Mt 20:19).

• Jesús habló tres parábolas en respuesta a la pregunta acerca de su autoridad: los dos hijos, los labradores malvados, la fiesta de bodas (Mt 21:23-22:14).

• Tres elementos en amar a Dios: con el corazón, el alma, y la mente (Mt 22:37).

• Tres pequeñas hierbas que diezmaban los escribas y los fariseos: la menta, el eneldo, el comino (Mt 23:23).

• Tres grandes valores que dejaban los escribas y fariseos: la justicia, la misericordia, la fe (Mt 23:23).

• Tres tipos de mensajeros enviados por Jesús: profetas, sabios, escribas (Mt 23:34).

• Tres señales antes de la venida de Cristo: en el sol, la luna, las estrellas (Mt 24:29).

• Tres enseñanzas acerca de cómo esperar la venida de Cristo: quien será tomado, velar como el padre de familia, vivir como un siervo fiel hasta que Él venga (Mt 24:37-51).

• Tres parábolas acerca de quienes están preparándose para la venida de Cristo: las 10 vírgenes, los talentos, las ovejas y los cabritos (Mt 25:1-46).

• Judas aceptó 30 piezas de plata (3 X 10) para entregar al Señor Jesús (26:14-16).

• Jesús oró tres veces en Getsemaní (Mt 26:36-46).

• Tres veces Jesús despertó a los tres discípulos (Mt 26:37-46)

• Pedro negó a Jesús tres veces (Mt 26:69-75).

• Tres presos fueron crucificados (Mt 27:38).

• Injuriaban a Jesús acerca de reedificar el Templo en tres días (Mt 27:39-40).

• Hubo tinieblas desde la sexta hora (3 X 2), y como a la novena hora (3 X 3) Jesús entregó el espíritu (Mt 27:45-50).

• Tres mujeres fueron nombradas porque velaron cerca de la cruz: las dos Marías, y la madre de los hijos de Zebedeo (Mt 27:56).

• Tres acciones de los guardas: temblaron, informaron, se vendieron por dinero (Mt 28:4, 11, 12-15).

• La triple comisión de Jesús a sus discípulos: hacer discípulos, bautizarlos, enseñarlos (Mt 28:19-20).

• Bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28:19).

Mateo habrá usado grupos de tres (tríadas) por varias razones, entre ellas:

(1) Tríadas eran comunes en las Escrituras hebreas. Ver la creación de Cielos, Tierra y Mares (Gn 1:8-10); los tres hijos de Noé (Gn 6:10); las tres veces que Noé soltaba aves del arca (Gn 8:6-11); los tres visitantes a Abraham (Gn 18:2); tres patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob (Ex 3:6); agrupaciones de las tribus alrededor del Tabernáculo en grupos de tres (Nm 2); “Santo, santo, santo” (Is 6:3); “Tierra, tierra, tierra” (Jer 22:29), y otros.

(2) El testimonio de dos o tres confirma una verdad (Dt 17:6; 19:15; Mt 18:16).  Varios grupos de tres en el Evangelio según Mateo enfatizan un concepto espiritual o estilo de vida. También, el uso de tres ejemplos corrobora diferentes aspectos de la idea principal.

(3) Grupos de tres enfatizan conceptos importantes; decirlo tres veces lleva más peso que decirlo una sola vez (Jesús anunció su pasión tres veces: Mt 16:21; 17:22-23; 20:17-19); Él habló tres parábolas acerca de cómo debemos portarnos hasta que Él venga (Mt 25:1-46), etc.

(4) Tres eventos o dichos son recordados y memorizados mejor que otras agrupaciones; es más sencillo y fácil meterlo en la mente y decirlo con la boca.  La gente común no tenía acceso a papel y libros, y por esto era necesario grabar conceptos en la memoria de uno para que pudiese pensarlos y repetirlos a otros.

El número siete ocurre menos veces, pero es importante.

• En la genealogía de Jesús hay tres grupos de 7 X 2, o sea tres grupos de 14 (Mt 1:17).

• Advirtió el Señor a sus adversarios de los siete espíritus peores que entrarán en los renegados (Mt 12:43-45).

• Mateo explicó el valor y la función del reino de los cielos con siete parábolas de Jesús (Mt 13).

• Con siete panes Jesús pudo alimentar a 4.000 hombres, sin contar mujeres y niños; las siete canastas con pedazos sobrantes confirman que todos se saciaban (Mt 15:32-39; 16:10).

• Pedro pensó que perdonar 7 veces es suficiente; Jesús le corrigió y dijo setenta veces siete (70 X 7=490 veces) (Mt 18:21-22).

• Los saduceos imaginaban 7 esposos para una pobre mujer, procurando presentarle un problema difícil para Jesús; el Señor no prestó atención al número y los venció con una sola pregunta (Mt 22:23-33).

• Siete veces Jesús declaró su indignación con la pomposa y equivocada religiosidad de los escribas y fariseos (Mt 23:13, 14, 15, 23, 25, 27, 29).

• Siete veces Mateo empleó la palabra “plata” (“argurion” en griego) para hablar de la traición de Judas, y la supresión de la verdad entre los principales sacerdotes y los guardas (Judas—Mt 26:15; 27:3, 5, 6, 9; los principales sacerdotes y los guardas—Mt 28:12, 15).

El número 10 generalmente indica cantidad, pero depende del contexto.

• El pastor de ovejas que contaba hasta 99 se dio cuenta que le faltaba una oveja, y la buscó para completar los 100 (10 X 10) (Mt 18:10-14).

• La cantidad de 10.000 talentos (10 X 10 X 10) es enorme, una exageración que ahondaría en la mente de los oyentes (Mt 18:23-35).

• Los 10 discípulos se ofendieron cuando dos de ellos, Jacobo y Juan, se separaron de los 12 buscando puestos superiores en el reino; en este caso 10 fue un número deficiente (Mt 20:24).

• Las 10 vírgenes representan el número completo de los que quieren estar en el reino; pero la mitad son insensatas y quedarán afuera (Mt 25:1-13).

• Los 10 talentos simbolizan el abundante honor y riqueza espiritual que recibirán los que invierten todo lo que tienen y son en el reino de Cristo (Mt 25:14-30).

El número 12, que indica totalidad, plenitud, o el propósito de Dios, ocurre 13 veces en Mateo.

• La mayoría de las veces habla de los 12 discípulos/apóstoles (Mt 10:1, 2, 5; 11:1; 19:28 [2 veces]; 20:17; 26:14, 20, 47).

• La mujer con un flujo de sangre padecía la enfermedad 12 años; en ella se cumplió el propósito de Dios cuando Jesús la sanó (Mt 9:20).

• Recogieron de la alimentación de 5.000 hombres, sin contar mujeres y niños, 12 cestas con pan que sobraba porque había plenitud para todos (Mt 14:13-21).

• Jesús pudo haber llamado más de 12 legiones de ángeles, una enorme cantidad mayor de 50.000 poderosos ángeles, suficiente para exterminar a todos sus enemigos, pero no lo hizo (Mt 26:53).

• En Mt 28:16 hallamos el número 11, indicando que los 12 no estaban completos; había sucedido una tragedia, y cayó uno. Pedro y toda la compañía de los 120 (12 X 10) sintieron lo mismo, y cumplieron la totalidad de 12 en Hch 1:12-26 con la elección de Matías.

PASAJES EXCLUSIVOS A MATEO QUE ENFATIZAN LA GRACIA INCLUSIVA

Hay varios importantes pasajes que son exclusivos a Mateo, y no aparecen en los otros Evangelios. La mayoría de estos pasajes enfatizan la inclusividad del evangelio de Cristo, es decir que Él busca la gente marginada e invita a tales personas a formar parte del reino de los cielos.  El lector reconocerá esta gracia inclusiva en los pasajes a continuación, y la clase de personas incluidas en gracia:

• Las cinco mujeres en la genealogía del Señor, tres de ellas extranjeras de baja estima pública (Mt 1:3, 5, 6, 16); mujeres y gentiles.

• La adoración y los regalos de magos foráneos (Mt 2:1-12); gentiles.

• La matanza de los niños y el llanto de sus madres (Mt 2:13-18); niños y mujeres, los indefensos.

• Jesús en Egipto (Mt 2:13-15, 19-21); gentiles.

• “Misericordia quiero, y no sacrificio”, proclamado dos veces (Os 6:6; Mt 9:13; 12:7); para todos los marginados.

• El trigo y la cizaña (Mt 13:24-30, 36-43); juicio habrá para todos.

• El tesoro escondido de mayor valor que todo (Mt 13:44); Jesús es el tesoro para todos.

• La perla preciosa que vale todo lo que uno tiene (Mt 13:45-46); Jesús merece ser buscado por todos.

• La red barredera que recoge toda clase de pescado (Mt 13:47-50); el reino es para todos, sin embargo sólo algunos serán salvos.

• El padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas (Mt 13:52); cada cultura tiene valores nuevos y viejos que pueden impulsarnos hacia Dios, y el buen predicador o maestro los emplea para conducir la gente a Cristo.

• La provisión del impuesto para el Templo (Mt 17:24-27); Cristo provee recursos de fuentes inesperados para sus siervos y su obra.

• El siervo sin misericordia (Mt 18:23-35); el rey ordena que la gracia es para ser recibida por todos y dada a todos, sin considerar su condición.

• Los obreros de la viña y su salario (Mt 20:1-16); todos los que sirven al Señor serán tratados con gracia y equidad.

• La alabanza de los niños (Mt 21:14-16); los niños.

• Los dos hijos (Mt 21:28-32); publicanos y rameras que creen en Jesús.

• Las tres parábolas acerca de la espera hasta que Jesús retorne (Mt 25:1-46); habrá juicio para todos, los de adentro y los que están fuera de la iglesia visible.

• Remordimiento y suicidio de Judas (Mt 27:3-10); la consciencia ofendida es una carga para todo pecador.

• El mensaje de la esposa de Pilato (Mt 27:19); las mujeres pueden conducir mensajes de Dios.

• Los guardias y el dinero dado a ellos para silenciarlos (Mt 28:4, 11-15); el dinero puede ser una fuente de maldad para todos.

• Estas porciones, que aparecen sólo en el Evangelio según Mateo, indican que aquel publicano que recibió gracia quiso anunciar la gracia a todos los marginados. Mateo es el único que preservó esta crucial enseñanza de Jesús: “De gracia han recibido; den de gracia” (Mt 10:8, RVA-2015).

El mensaje de Mateo es claro: ¡Abran la puerta de la gracia de par en par y manténganla abierta!

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